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viernes, abril 19, 2024
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CRÓNICAS DE AYER Y HOY: SAN FELIPE DE JESÚS PROTOMÁRTIR DE LA IGLESIA MEXICANA

Siempre ha sido en nuestra  católica ciudad, muy venerado San Felipe de Jesús, tal vez se debe a que siendo el protomartir de la Iglesia mexicana dicho santo, los mexicanos nos sintamos más cerca de él, que de los santos  de otras nacionalidades, aunque la iglesia según el decir de los entendidos, es una y santa.
Muchas anécdotas contaban del joven y futuro santo, las personas piadosas de otros tiempos, muchas de ellas avaladas por serios historiadores como don José Antonio Pichardo y otros.
Se dice que como todos los niños sanos, San Felipe en su tierna edad siempre estaba haciendo lo que llamaban nuestras abuelas  travesuras, la mamá de Felipillo sólo decía al travieso niño Dios te haga un santo Felipe, este era el regaño que recibía el activo niño  ante la impaciencia de la fiel sirvienta negra que añadía «Felipillo será santo, cuando la seca higuera  que está en el patio retoñe y eche higos».
Entre tanto el tiempo inexorable seguía su curso, Felipillo tomó el hábito de San Diego en el convento de Santa Bárbara en Puebla, pero al poco tiempo renunció a la vida religiosa, para dedicarse a juegos y paseos propios de la juventud de su tiempo. Cada vez que la señora madre de Felipillo recibía quejas de su travieso retoño pronunciaba su cansadita frase «Dios te haga un santo Felipe», y la criada negra la de ella, «Felipillo santo es más fácil que la higuera reverdezca y de higos».
Hastiado de la vida casi conventual de México dice Eduardo Enrique Ríos decidió el futuro santo, emprender un viaje a Manila con el fin de dedicarse al comercio, que en todos los tiempos ha sido el camino más corto para llegar a las riquezas, ya en la populosa ciudad Filipina por segunda vez sintió el llamado de Dios y volvió a recibir el hábito de los Dieguinos, Esta ocasión con firme determinación por lo que sus superiores lo enviaron a la ciudad de México a recibir las órdenes sagradas por no haber en las Filipinas ningún obispo, Una tempestad desvió el navío en que viajaban el joven Dieguino, empujándolo hacia las costas del Japón donde fueron bien recibidos los náufragos, pero al poco tiempo de su llegada se decretó una persecución a los cristianos, apresando a los franciscanos que había en la zona donde  estaba  Felipe, al que también fue aprendido con muchos japoneses conversos.
Se dice que durante el juicio a que fueron sometidos los Cristianos, Felipe no contestó una sola palabra, por lo que el juez dijo a todos les dieran muerte de cruz los laceraran  menos al que no había hablado durante el juicio. pero ante la sorpresa de sus compañeros al llegar a la colonia de Nagaski lugar del suplico, Felipe corrió, tomó sus dos lanzas y se abrazó de la cruz. Ante esta demostración  de valor y amor al martirio el juez se llenó de furor y mandó que también fuera muerto en la cruz, por ese motivo lo vemos en los altares abrazando la cruz y dos lanzas en forma redentora.
Meses después llegó a la ciudad de  México la noticia  de la gloriosa muerte del Dieguino, al conocer como había muerto, las autoridades eclesiásticas dieron por hecho la bienaventuranza del joven mexicano, por lo que echaron las campanas al vuelo, al oír salvas de artillería y los repiques de miles  de esquilas, la madre del mártir y su fiel sirvienta negra no sabían a qué atribuir aquel regocijo, pero si llamó la atención que la vieja higuera que durante décadas estaba seca, y que no la había cortado porque venía de aquellas que traía los cruzados de tierra santa de la que dio sombra e   higos a Jesús durante su peregrinar por la tierra.
La criada negra en su inocencia prorrumpió en gritos diciendo «Felipillo es  santo la higuera ha retoñado y tiene pequeños higos».
Fue su santidad  Pio IX, quien en  1862 8 de Julio, lo elevó al honor de los altares, en 1845 tomó posesión de curato de Lagos el sr. Rafael Larios cura propio este benefactor mandó edificar un hospital con una capilla anexa, que lleva el nombre del mártir mexicano años después la capilla se abrió al culto público y al rededor de ella, se formó uno de los barrios más alegres de Lagos, el barrio de San Felipe, y en la quinta década de nuestro siglo, lo engrandeció el activo padre don  Enrique Luna, actualmente el templo de San Felipe es de los más hermosos de Lagos de Moreno…

Más información en la edición impresa del 10 de Febrero de 2019.

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