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CRÓNICAS DE AYER Y HOY. POR JESÚS MARTÍNEZ RAMÍREZ. LA EXPLANADA DEL TEMPLO DEL CALVARIO

Lo que no se había hecho en siglos, se está haciendo ahora, urbanizar la gran explanada que hay frente al neoclásico templo de nuestro padre Jesús del Calvario, al que anualmente llegan miles de fieles, tanto de los que radicamos aquí, como laguenses que hace décadas emigraron a diferentes ciudades de nuestra república en busca de mejores condiciones de vida y pese a que las encontraron jamás han olvidado a la ciudad donde nacieron y cada 6 de agosto vienen con sus familias a postrarse a los pies de nuestro santo patrón el Sr. del Calvario. Muchos de los emigrantes han muerto, pero sus hijos, nietos y hasta bisnietos siguen sintiéndose laguenses, y por lo tanto lo son, y como tales siguen visitando durante las fiestas agostinas el solar de sus mayores y no sería completa la visita, al no pedir al llegar frente buen padre Jesús del Calvario su bendición, como lo hacían sus antepasados.
Una vez que se cumple tal devoción es costumbre descansar en la escalinata que conduce a la explanada y de allí contemplar con efecto de hijo el verde valle de Lagos y recordar las huertas que antaño llenaron de aromas los sabrosos frutos de durazno y membrillos, las excelencias de los higos, los capulines y las granadas que al abrirlas vertían sus granos de facetas de rubíes.
Una agradable sorpresa espera en las próximas fiestas de agosto a nuestros visitantes encontrar en el lugar del páramo pedregoso que siempre fue dicha explanada convertida en un sitio decente y al mismo tiempo con artísticos arreglos a base de recuadros formados por miles de ladrillos que en conjunto hacen lo que bien se puede llamar un mosaico pues son como se dijo miles de piezas las que lo forman.
La cruz atrial que hubo durante muchos años, junto al arranque de la escalinata central fue retirada de su lugar y puesta junto a la capilla de la Virgen de Lourdes en su lugar se levantará una Cruz Metálica de varios metros. Se dice que ya en el siglo XVIII donde ahora está el templo varias mencionado, hubo una ermita a la que llamaron Calvario en recuerdo al monte de la Calavera, escenario del martirio del hombre Dios.
El señor Miguel Gómez González fue una persona que dedicó muchos años de su fecunda vida a recabar datos acerca de todo lo que tenía relación con el pasado histórico de nuestra ciudad. Por tal motivo lo hemos citado varias veces en nuestros escritos, pues de él obtuvimos muchísima información que además es verificada nuestro amigo e informante era persona seria y veraz jamás ponía ni quitaba a lo que había pasado en otros tiempos, por el tuvimos conocimiento de que ya en el año de 1784 existía una novena impresa en honor de nuestro padre Jesús del Calvario, de ella dice don Alfonso de Alba Martín que fue reimpresa en 1888 en Lagos.
Por lo tanto se puede deducir de tales informaciones que la devoción al Señor del Calvario data de varios siglos actualmente ya está rodeado de casas el majestuoso templo que por 1940 era solo una bella ermita en la que no había alumbrado eléctrico incluso durante las fiestas agostinas hacían llegar unos cables conductores del tan necesario fluido pero pasando estas quedaba la iglesia en penumbras.
Las casas de la ciudad solo llegaban a la orilla sur de la carretera panamericana lo demás eran montículos pedregosos erizados de cactus y agaves y hay de aquel que se aventurara durante las horas nocturnas a vagar por los alrededores del templo mencionado, sin ninguna piedad era golpeado y desde luego privado de sus pertenencias, al grado de quedar en cueros vivos.
Varias veces robaron objetos sagrados y las pertenencias de los familiares del capellán en turno. El padre Crecencio Esparza fue uno de los que más prestó sus servicios en dicha iglesia sucedió en el cargo al casi legendario Antonio Figueroa predicador gerundio como dijera Don Agustín Rivera dicho sacerdote fue muerto por desalmados bandidos unas calles abajo del Calvario donde tenía su casa habitación su muerte consternó a los laguenses de 1936. Como una curiosidad que bien se puede decir que es histórica mencionaremos al primero que compró un lote junto al templo que nos ocupa el fue don José Fúnes comerciante en Varrilla en el parián Juan Pablo Anaya hizo una regular casa pero no pudo habitarla porque diariamente lo asaltaban.

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