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DON AGUSTÍN RIVERA SANROMÁN UNA OVEJA NEGRA EN LA FAMILIA SANROMAN.

ESCRITO POR: MARIO GÓMEZ MATA CRONISTA COLEGIADO LAGUENSE EN EL AÑO DE 2014 MES DE FEBRERO.
Tercera parte

(NP).- Dos años después la situación económica de la familia del padre Rivera, mejoró notablemente, pues su abuela materna María Francisca Padilla Márquez al morir el 19 de abril de 1850 en su Hacienda Lo de Avalos, le heredó a su madre Eustacia Sanromán Padilla, la enorme suma de 40 mil pesos.
El flamante abogado y sacerdote Agustín Rivera y Sanromán con un promisorio futuro eclesiástico fue nombrado cura de Toluquilla y catedrático del seminario conciliar, por su protector el obispo Diego Aranda y Carpinteiro, el obispo Aranda lo designó posteriormente segundo promotor fiscal de la curia eclesiástica y catedrático de derecho civil y romano.
Para junio de 1852 Rivera obtiene la borla de Doctor en Derecho por la Universidad de Guadalajara en la capilla de Loreto que en tiempos Virreinales perteneció al antiguo colegio jesuita de Santo Tomás y que luego fue cede de la real y literaria Universidad de Guadalajara.
El mismo erudito sacerdote liberal comenta como se forjó su pensamiento liberal: «Desde que salí del seminario, en los tres años que practiqué derecho en la Universidad de Guadalajara en la lectura ideal de Feygoo comencé a ser muy desafecto a los milagros falsos / de más consejas / a todos los abusó en materia de religión, y con la lectura de Montesquiu Ventahm becaria / otros autores semejantes comenzó a ensancharse mi horizonte en materia de ideas políticas.
Pero en realidad no lo era tanto, críticos como la académica María del Refugio González, al analizar el estudio jurídico sobre la posición del padre Rivera, señala que fue «otros del mismo origen tuvo escarceos con la causa liberal.. Agustín Rivera tuvo un carácter contradictorio ya que fue sacerdote católico y liberal».

No es tan desacertada la opinión de Iguiniz porque este tipo de personalidades proliferaron en las décadas anteriores a la revolución de Ayutla, pero se hicieron menos frecuentes en los tiempos de la república restaurada, Rivera se habría decidido por el liberalismo en la época previa de 1854, la guerra de reforma trajo riesgos de muerte inclusive para sus ideas liberales al Padre Agustín Rivera, en Lagos de Moreno, se había desatado, la violencia tras la jura de la Constitución de Reforma el 12 y 13 de abril de 1857 y otro en San Juan con saldo de varios muertos.
Ya en plena guerra de reforma, en la toma de Guadalajara el jueves 28 de octubre de 1858 por las tropas liberales al mando del general Santos Degollado hubo aprehensión y asesinatos de civiles y eclesiásticos en la capital de Jalisco.
El miércoles 28 de octubre el ejército de Degollado entre los que estaba el general encarnacionece Refugio González, voló dos fortines y penetró hasta la plaza principal ocupando el palacio de gobierno, la catedral y varios edificios importantes de Guadalajara obligando a capitular a las tropas conservadoras que defendían la plaza encabezadas por José María Blancarte, quien el sábado 30 de octubre sería asesinado a cuchilladas, por el temible radical liberal y saqueador Antonio Rojas quien también asesinó al abogado Felipe Rodríguez mientras que los coroneles conservadores Pielallo y Monallo fueron ahorcados el primero del balcón principal del edificio obispal, hoy casa del ayuntamiento de Guadalajara y el otro en la plaza principal, de acuerdo con el historiador Rivera.
Ese mismo largo día DE CUCHILLOS LARGOS, por la toma de Guadalajara el Dr. Agustín Rivera mientras miraba los acontecimientos desde el balón de una calle de Jesús María, fue apresado por el coronel liberal, médico coronel Maciel, que en medio de insultos y malos tratos hizo prisionero al Dr. Rivera, quien afortunadamente por las letras históricas y filosóficas sería rescatado de la prisión ese mismo día, por el coronel liberal Miguel Cruz Aedo, quien conocía las ideas liberales moderadas del Dr. Agustín Rivera.
Luego otro episodio crítico para el Dr. Rivera, ahora por el bando conservador ocurrió el 19 de Julio de 1859 durante la sangrienta guerra de reforma, cuando el padre Rivera Sanromán fue denunciado por la comandancia militar de Guadalajara al obispo Pedro Espinoza como simpatizante del bando liberal junto con otros sacerdotes, (CONTINUARÁ)

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