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DON FRANCISCO GONZÁLEZ LEÓN…

Es el más grande los poetas que han cantado a la Provincia y a la belleza de las cosas sencillas, nació en nuestra ciudad, Lagos de Moreno, la llamada capital del espíritu provinciano el 10 de Septiembre de 1862.
Los críticos que han disfrutado de las excelencias de su poesía lo han comparado con los más altos valores que cultivaron tal género poético.
Como a Francis James Ramón López Velarde y otros han ido más lejos comparándolo con el poeta ruso Alejandro Pushkin. Siempre se ha dicho que toda comparación es odiosa, y los laguenses creemos que nuestro poeta, no imitó a ningún otro bardo. El cantó lo que sentía con un leguaje propio y único tanto en su primer libro «Megalomanías» cuyos poemas tienen la grandeza de los asuntos que describen, cuando habla de las cortes de Cleopatra, como de las opulencias de Versalles, se identifican y se diría que en otra vida deambuló por los salones del gran triatón y que fue paje de la infortunada María Antonieta, pues es una de sus bellas estrofas dice:  
Y entre mil transformaciones
de fantástico miraje
yo fue el paje preferido
de una reina yo fue el paje.
 Algunos envidiosos, que por ver el bosque no ven los árboles criticaron el libro Megalomanías tildándolo de cursi, tal palabra en el caso que tratamos no tiene cabida, por que cursi es quien presume de fino sin serlo, y los versos del bardo laguense tienen la finura y el refinamiento de una fiesta versallesca.
Tal ves las críticas mordaces que no merecía sus dos primeros libros y el ya mencionado y el que le siguió y que fue «Maquetas» hicieron que el poeta guardara un prolongado silencio que se extendió de 1808 hasta 1918 en que salió a la luz pública su obra cumbre «CAMPANAS DE LA TARDE» que fue prologada por Ramón López Velarde que dice a cerca de Francisco González León, su obra es moderna por el alma hondo y anti gente González León, en mi sentir, no es inferior al temperamento de Nervo, y juzgo que el temperamento del hermitaño de Lagos aventaja al de ciertos poetas nuestros de los conceptuados como primates, «creemos que las palabras citadas, son la mejor prueba del mérito poético que hay en la obra de Don Panchito, como le decían cariñosamente las personas que tuvieron el honor de frecuentarlo».
La juventud de Don Francisco González León se deslizó en la llamada «Bella época» cuando florecieron en el mundo entero, las ciencias, las letras, y las artes, fue parte de la alegre bohemia laguense que agrupó a más de 30 jóvenes que rendían culto a las 9 musas, pues cultivaban lo mismo las bellas artes que las bellas letras, y no faltaron entre ellos, quienes se dedicaron a las ciencias exactas, por lo que sus reuniones fueron a la vez cultas y alegres, en ellos brotaban las chispas de un verso lo mismo que las cadencias de una sonata de Beethoven, llegó nuestro personaje a la nevada cumbre de los 80 años siempre gozó de estimación y afecto de cuantos lo conocimos gustaba de pasear por las entonces calles desoladas de Lagos en las que recibía atentos saludos de cuantos lo encontrábamos por las limpias y solitarias callejas, siempre floreció en sus labios la sonrisa benevolente de quien ha sabido ser feliz y así nos lo dice en una estrofa de su poema REVERIE:
Yo no habré nunca resabios
de amargura ninguna entre los labios
mis novias fueron miel: miel de azucenas;
las rubias por lo rubio, las morenas por dulces
por calladas, y por buenas.
Siempre vistió con el atildamiento que lo hizo en su ya lejana juventud, llevando pantalones a rayas con peto y cuello, de los llamados de pajarita por estar almidonado y con las puntas dobladas hacia fuera y cortada de moñito.
Tocante al género de su poesía se puede decir que él cultivó todos los conocidos, lo mismo el que se ajusta a las más rigurosas reglas métricas como el de Megalomanías, como las del verso libre que le apasionó en sus últimos años, esto no quiere decir que llegó a caer en tan habitual más gusto de muchos poetas que hacen uso de tal género literario.
En los del poeta laguense, siempre campea la rima o la asonancia, en los vocablos de exquisitas tesituras, pues sin tener alguna licenciatura en letras, manejó con maestría el idioma de Cervantes sabiendo aprovechar la riqueza y matices de nuestra lengua por lo que en su última etapa difiere en sus propósitos de la antigua retórica, pero fue tal su dominio de la forma y de fondo, que a veces al estar leyendo creemos que la rima va terminar en catástrofe pero de pronto sale una chispa salvadora que embellece el poema, murió este poeta genial en el mes de los aromas y las flores, Marzo de 1945…
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