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EL DESFILE REVOLUCIONARIO DEL 20 DE NOVIEMBRE

EL DESFILE REVOLUCIONARIO DEL 20 DE NOVIEMBRE

El anuncio del desfile revolucionario del 20 de noviembre era siempre un motivo de alegría para quienes participaban en el mismo, dado la importancia de un acto en donde solían participan todas las instituciones educativas de la localidad esto en la década de los 80, marcada de cierta manera por la llegada de la Preparatoria Regional dependiente de la Universidad de Guadalajara quien vino a darle otro matiz a las cosas en todos los sentidos, éste el desfile revolucionario no había sido la excepción se tenía como algo muy especial.
Corría entonces el tiempo de manera diferente, la llegada de los cassetes para ser tocados en forma portátil era la onda para los chavos llamados así o lo conocido ahora como jóvenes, quienes por esas extrañas razones de la mercadotecnia se habían convertido en amantes de la música no importaba de cual lo importante era traer a la cintura su walkman y sus audífonos a los oídos tal como ahora se usa con los celulares.
Y entonces la preparación de esos desfiles comenzaba desde un mes antes con las prácticas hechas especialmente a la medida de cada uno de los niveles educativos, los más pequeños con sus tablas rítmicas, en tanto los adultos preparaban series de pirámides muy bien estructuradas, la estatura y peso de los más grandes aportaba la base y los más flacos y endebles iban hasta arriba con el consiguiente riesgo de poder caer y fracturarse lo cual ocurrió muchas veces.
Sin embargo, todo era permisible la entonces medicina de los tiempos daba para tener un enyesado escandaloso y listo no había operaciones no se colocaban clavos simplemente se unía el hueso se enyesaba y a seguirle, era el precio de pagar por ir encima de una pirámide.
Pero igual se distinguían los muchos y muy bien cuidados carros alegóricos revolucionarios ya con la frase en moda de Salvador Allende ser joven y no ser revolucionario era una contradicción hasta biológica, y entonces la preparatoria lo tomaba muy en serio con ese grupo de maestros de los cuales queda uno o dos de esa gloria época de esplendor para lo que era en su momento la máxima casa de estudios.
La calle Cinco de Mayo como ahora era abarrotada de personas deseosas de ver el paso del grupo de las diferentes escuelas, igual se hacia hasta llegar a la López Cotilla sitio por donde los integrantes del desfile doblaban hasta llegar a Dr. Camarena luego hasta la Nicolás Bravo y finalmente por la Hidalgo hasta llegar al Jarín y doblar hacia presidencia.
Los números presentados eran algo como una competencia sin decir, cada uno preparaba su saludo a la autoridad municipal ya desde entonces arriba en el balcón principal de ingreso a palacio en donde uno dos o tres funcionarios acompañaban al presidente quien debería de fletarse horas parado y saludando de vez en vez a los grupos participantes.
También la condición de los uniformes llevaba una especial confección, y ni que decir de quienes estaban caracterizando algún personaje revolucionario iban de gala y no se quitaban el traje sino hasta llegar a casa luego de horas y horas de llevarlo puesto.
Las horas pasaban y lo hacían de forma divertida, ya desde entonces los grupos de sonidos se las ingeniaban igual que ahora para tocar fuerte, pensando que con ello todo era ser el mejor, nada más falso, y el estridente sonido en ocasiones llegaba a molestar lo mismo que ahora pero la gente se aguantaba.
Eran los tiempos de la música disco, a donde los más grandes es decir los bachilleres terminaban luego de haber participado en dicho desfile, el mismo a conmemorar o remembrar el día de mañana apenas dos días antes de conmemorar un aniversario más de la Revolución Mexicana de cuyos ideales poco o nada queda en pro de quienes se supone iban a ser los más beneficiados esto es la gente del pueblo…

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