(NP).- Noticias de la Provincia estuvo en la celebración de bautismos de cinco pequeñitos que fueron presentados por sus papás y padrinos, en ceremonia que se llevó a efecto en el Salón de Cristo Rey, anexo al templo parroquial de la Asunción.
Se dignó presidir la ceremonia el estimado sacerdote don Isidro Padilla Enríquez, Vicario de la Cuasiparroquia de San Antonio de Padua en la Colonia Las Huertitas, mismo que recibió a todos los asistentes que en su mayoría llenaron el Salón, siendo una celebración muy viva que el sacerdote tuvo con todos los asistentes, mismo que les instruyó sobre las gracias y bondades que les atrae a los niños el ser bautizados.
De entrada don Isidro signó a los niños en la frente con la señal de la cruz, siendo así su inicio a este mundo de los cristianos; luego hizo lectura de la Sagrada Escritura y también se pidió a todos los santos su protección sobre estos pequeñitos, ya que en nuestros tiempos se estila bautizar a nuestros hijos desde chiquitos; pues al principio de la Historia de los primeros cristianos, se usaba bautizarlos de la edad en que se encontraban los candidatos que pedían el sacramento por su conversión al cristianismo, que generalmente era en la edad adulta.
Hoy ya lo hacemos más conscientes, pues la tradición familiar o de los pueblos actuales, nos han marcado que todo hijo de cristiano bautizado, también hereda la fe que sus padres le transmiten a través del bautismo, y éste se recibe a edad temprana por el niño, el cual es marcado como propiedad de Dios, pues lleva la Impronta de Cristo Jesús que le es dada al recibir el bautismo del agua y del Espíritu Santo.
Aquí los nuevos Hijos de Dios que fueron llenos de la gracia divina y son templos vivos del Espíritu Santo:
Génesis Romina, Irineo, Regina Michel, Gabriel de Jesús, e Iker Rafael.
Luego de que terminó la celebración de este rito sacramental, los felices papás y padrinos recibieron su Fé de Bautismo de sus niños, con lo cual ellos ya están inscritos en el Libro parroquial.
Finalmente, todos se comprometieron a formar a sus niños en la fe y en la doctrina cristiana, haciendo de éllos buenos y devotos amantes de Dios, con su ejemplo de vida que en su hogar han de recibir.
Luego muy contentos de este acontecimiento, los antes dicho, se retiraron a su hogar donde algunos ya tenían todo listo para el festejo; otros el salón de fiestas, y cada quién según sus posibilidades; pero todos de alguna manera festejaron esta gran celebración de la vida espiritual de sus hijos, con la que se convirtieron en hijos de DIOS.
¡MUCHAS FELICIDADES A CADA UNO DE LOS AQUÍ MENCIONADOS!