La gastronomía mexicana reservó para sus habitantes lo mejor en esta época de diciembre, y hablar de los tamales es hablar de una delicia culinaria en donde cada mujer, cada persona dedicada a elaborar el típico manjar se apropia de su receta y los hace su muy particular estilo pero lo sorprendente es el mismo resultado, no hay quien desdeñe un rico tamal, no hay quien haga de lado su sabor pero sobre todo no hay quien se niegue a disfrutarlos en cual quier temporada aún cuando se dice son propios de la navidad.
La llegada del mes de diciembre equivale a tener listo el estomago para disfrutar una y otra vez de esta delicia, elaborada con el maíz la forjadora planta del alimento del mexicano, puede ser de dulce, de chile o de manteca como lo decía la abuela pero que sean tamales, y entonces la cosa cambia.
La reserva alimenticia de estos muy protegidos y elaborados alimentos alcanzó para tenerlos en todo el país como algo muy nuestro, como algo muy propio como algo muy de nosotros los habitantes de este sufrido país.
Pero la condición de buena cocinera para quienes gustan de esta delicia viene acompañada de esos viejos delantares, de antemano sabes que si hay una mujer con esa prenda de vestir metida en la cocina, es que todo va a estar delicioso, va a estar muy bueno, para ello se hace acompañar de dos o tres señoras más pero curiosamente cada quien toma su rol, cada quien va acomodando su trabajo a la orden siempre de la matriarca que ordena, prueba acomoda, y manda como deben hacerse las cosas, ahí en la cocina tradicional mexicana no caben hombres, se reserva por esa ocasión el trabajo a la mujer, una embarrando, otras preparando el mole con carne para los rojos una más acomodando y cociendo el delicioso manjar pero eso sí puras mujeres nada de hombres porque esta belleza alimenticia debe tener el exlusivo toque femenino.
Es pues un tiempo en donde todo va acompañado de una misteriosa receta escrita en la mente archivada en los recuerdos de cuando niñas les tocó estar ahí al lado de pié junto a la abuela, junto a la mamá junto a la vecina invitada a echar los tamales para el 24 de diciembre, no había la cena elegante como tal eran los ricos y muy bien preparados tamales con su champurrado, ese compañero inseparable para todos esos muy buenos momentos de la llegada del frío, del invierno, de la navidad propiamente dicho.
Y los tamaños van acorde a quien los va preparando la medida de la masa mágicamente va exacta, curiosamente el tamaño de la hora va marcando la pauta para no fallar en la cantidad propicia para darles ese muy buen toque de tamaño suficiente para frenar de golpe el apetito más feroz.
Es diciembre la época en donde suelen tener esos ricos manjares quienes se enorgullecen de ser mexicanos, y aquí no hay distingos lo mismo degustan de este manjar las clases más adineradas que aquellos humildes mexicanos con poco haber en fortuna pero con el mismo derecho de disfrutar de ese platillo heredado generación tras generación y mejorado conforme la buena mano de quien los elabora.
El 24 de Diciembre ya está a la vuelta de la esquina, es tiempo de disfrutar nuevamente de esa delicia ahora si propia de este mes, de estas fechas de estos momentos de la vida en familia y lo mejor, están al alcance de todos, porque definitivamente quien podría decirle que no a un muy rico tamalito rojo, de rajas, o dulce, acompañado de chocolatito o bien de un champurrado, nadie simplemente nadie que se precie de ser mexicano…
LOS TAMALES ESA DELICIA PROPIA DE LOS MEXICANOS EN DICIEMBRE…
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