(NP).- Ada Martínez Arellano, la poeta del Corazón, nacida en Lagos de Moreno, quien cuenta con varias publicaciones de sus poemas en diversos medios así como en las tres antologías «La representación de un incendio» editada por el CuLagos, «Mujer y poeta de Los Altos» y la de «Flavia Duncan».
Hoy nos deleita con uno de sus hermosos poemas para relajarnos a la sombra de un árbol mitigando este calorcito.
CANTO II
Ésta ciega que soy cuando te ausentas,
no sabe de rumbos
que sean más gloriosos
que tus manos.
Nada distingo lejos de tu cara
de luna.
La luna en mis negras noches que es tu cara.
No hay nada más ciego que mis ojos buscándote.
Ni nada más oscuro que tus ojos cuando se han cerrado.
Ésta boca que enmudece
por dejar hablar a tus manos;
Nada más amable que tus manos
quitándome el hambre
de cientos de años.
Ésta ciega que soy cuando te ausentas,
No sabe seguir el canto de las aves.
En tu canto de mirlo,
Nada me lleva más alto.
(Ada Martínez)
De poemas inéditos.
Éste poema ya tiene una intervención musical, que pronto compartiremos. Es una colaboración con el maestro Daniel Afanador.
Réplica
Odio cuando te quiero
intempestivamente,
mordazmente,
fieramente.
Odio quererte,
cuando te quiero así
de tal modo
que no hay gobierno
en mis países
sumidos en la hambruna
de tus besos que nutren.
Odio ser yo quién lo pide;
ser carnada para tu boca de lobo.
Odio ser todo aquello
de lo que tienes antojo.
Porque no sé de qué modo
te odio tanto cuando te quiero,
y en el cauce en que voy contracorriente,
me ahogo diciendo
que te quiero más de lo que te odio, porque quiso Dios
que te amara primero.
(Ad@ Mtz.)
21/12/22