Raymundo Díaz Águila
(NP).- En la guerra cristera muchos alteños dieron su vida por defender su fe y hoy hablaremos de Miguel Hernández González, nacido en San Julián, Jalisco un 3 de agosto de 1878, y murió en Villa de Guadalupe, el 29 de noviembre de 1936.
El Cura Narciso Elizondo Gómez, (1854-1933) organizó y bendijo con el Santísimo a un grupo de hombres armados en San Julián, el 22 de diciembre de 1936.
Núcleo del regimiento San Julián con sus escuadrones dragones del catorce, San Diego de Alejandría y Jalpa de Cánovas; Miguel estaba al frente hijo de Luciano Hernández Gutiérrez, y su tercera esposa Josefa González, fue comerciante y hacia los 19 años se fue a Saltillo, e ingreso a la escuela militar.
Villista hasta 1920 dejó el ejército regresó a su pueblo donde fue presidente municipal en 1923; casado con Librada Pérez, enviudó y perdió a su único hijo. Se sumó a la Cristiada y participó en múltiples combates en los Altos de Jalisco, principalmente.
Después de los arreglos se amnistió en Lagos de Moreno, y en 1930 se casó con Eliza Padilla Muñoz, con quien tuvo una hija.