Las estadísticas son preocupantes en cuanto al tema de acoso escolar, este tipo de comportamiento violento e intimidatorio ejercido de manera verbal, física o psicológica entre niños y adolescentes.
En las escuelas de nuestra entidad, se deben afrontar objetivamente sin subestimar el daño psíquico, que directa e indirectamente puede llegar a generar daños físicos o psicológicos que suelen poner en peligro la vida de la persona.
Hay vidas que terminan lamentablemente tras la escalada que se genera después de abusos o bullying; el acoso es el detonante y el causante. Que este delito se tipifique y sancione conforme a la ley. Es importante que cualquier persona que detecte este tipo de violencia la denuncie.
Estamos obligados como ciudadanos a proteger a los niños; que niños y adolescentes tengan las condiciones necesarias para tener una vida y desarrollo pleno.
En un marco cultural determinado este tipo de conductas pueden ser imitadas por personas sin escrúpulos, generando comentarios de todo tipo, siendo objeto (los afectados) de juicios morales negativos, son estos comentarios tan perniciosos que resultan cuestionables, y generan cuestionamientos éticos.
Por otra parte, no me parece adecuado utilizar un medio de comunicación para juzgar y repartir culpas. Las consecuencias de esto pueden ser más severas cuando el que lo hace es un seudo-periodista. -No se puede ser juez y parte.-
Parece que hay cierta permisividad de parte de los periodistas a ejercer violencia verbal, sin importar cuál sea la circunstancia de los ofendidos.
Asumiendo que como periodistas gozan de una libertad y de un concepto de ciudadanía especial, (al igual que los maestros) una que sólo ellos tienen, y los mantiene lejos de los simples mortales, y les da el derecho de infligir violencia (verbal) en el nombre de la defensa y en pleno derecho a su libertad de expresión.
Periodistas que junto a los teóricos, tienen el defecto de caer en una especie de dogma elitista innecesario.
Una de las peores estulticias que han opinado, fue al tratar de normalizar el acoso escolar, argumentando que tal cosa siempre ha existido desde que existen las escuelas, culpando a la familia y deslindando con ello a las instituciones educativas. Y sosteniendo que tales situaciones se dan a causa de las raíces socioculturales. Y reafirman su estupidez al desestimar el daño que puede ocasionar el bullying por medio de las redes sociales, porque es de manera virtual, no considerándola real.
Una explicación sociológica respecto al suicidio es que, es una situación patológica que genera una corriente de desánimo y tristeza que penetra las conciencias individuales favoreciendo la práctica suicida.
Albert Camus argumentaba que «El sentido de la vida es más importante que la vida.» Y pues, una vez se pierde el sentido…
El periodista al dar su opinión lo que en realidad hace, son interpretaciones de los hechos, es entonces, cuando surgen las ideologías a priori, ya que resolvieron de antemano quién es el bueno, y quién es el malo, quien dice la verdad y quién está mintiendo.
Con ese tipo de comentarios establece un tipo de relación – causal entre el lugar donde se desarrolló, la educación recibida, y hasta el dogma de fé, etcétera. Está suposición es falsa y perniciosa, los comentarios no son ambiguos y podrían considerarse altamente discriminatorios.
Se tendría que ver los límites de la responsabilidad de la institución educativa por negligencia y desatender su posición de autoridad y su deber de brindar seguridad dentro de sus instalaciones.
Desde el punto de vista de la ética dónde un conflicto de la vida cotidiana que hace de la buena convivencia entre las personas, un infierno (para los afectados) que puede tener varias consecuencias severas como lo fue el suicidio de un jovencito, qué fue acosado hasta tomar tan fatídica decisión, en días pasados.
Estamos en un dominio ético, en donde entran a jugar valores sociales, psicológicos y éticos, es decir cuestiones subjetivas o para decirlo con más precisión intersubjetivas.
Las soluciones disciplinarias que se proponen son de otra época, no es la solución, por ser reprensibles e indefendibles en términos éticos. Los tiempos y nuestros marcos éticos cambian, de ahí que no existan argumentos defendibles en sus proposiciones para enfrentar la indisciplina.
El objetivo del periodismo es el de comunicar los hechos, que los periodistas vuelvan a comunicar los hechos, y sobre todo transmitan opiniones serias y responsables, porque encima que no transmiten los hechos como se debiera; dan opiniones que son ridículas y absurdas, con una actitud lamentable, reductiva y sectaria.
Los hechos siempre tienen una hermenéutica, pero hay situaciones en las cuales (casi siempre) ponen por encima al hecho, la interpretación del hecho, es su tendencia marcada con respecto a qué es lo que se está queriendo insinuar con la información.
¿No les parece un error metodológico elemental creer que todo es relativo a la opinión de cada individuo?
No permítanos que las interpretaciones teóricas sean más que prejuicios personales, de lo contrario caeríamos en la banalidad de que cada uno dijera lo que le plazca y debiera aceptarse «porque sí» sin ningún fundamento.
Hay quienes creen hacer del periodismo un apostolado, digno de estar en un altar, cuando lo único que hacen (tan extremistas como ofensivos), es fogocitar críticas infantiles.
Estás voces propugnan ser autorizadas, pero adolecen de hipersensibilidad infantil y de pobre desarrollo semántico.
ACOSO ESCOLAR
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