Nos hemos dado cuenta que el 7 de noviembre a sido designado día de los trabajadores del riel esto es una muy justa determinación en este tiempo que hay el día del maestro, del estudiante, del Empleado postal y hasta de los albañiles. Porque no iba a haber un día en que se festejara esos hombres que desempeñan uno de los trabajos más pesados y necesarios de cuantos hay en el mundo, viven con ciertas comodidades en campamentos donde sus casitas están sobre de ruedas y rieles hechas de carros de carga que la empresa ya ha retirado de servicio activo y los convierten en sólidas y originales habitaciones cuyas ventanitas están adornadas con macetas de hojalata que tienen flores de brillantes colores, y bajo los carros casas juegan los niños.
Los trabajadores del riel son un poco retraídos, raras veces hacen amistad con personas que no son de su campamento, contraen matrimonio con muchachas de sus mismos campamentos y en raras ocasiones lo hacen con mujeres de los barrios que circundan sus asentamientos temporales. Son de los trabajadores que han alcanzado mejores niveles de vida, aunque como ya lo hemos dicho su trabajo es duro como el que más lo sea.
En los lugares más desolados e inhóspitos de nuestra patria, alejados de toda comunidad se encuentran las pequeñas estaciones y junto a estas, las casas de los trabajadores que cuidan las férreas vías que unen a todos los pueblos de nuestra nación, miles de kilómetros de terraplenes y férreas vías están al cuidado de estos cumplidos operarios que las cuidan y mantienen limpias del yerbajo y los durmientes o traviesa que antes fueron de madera y ahora son de concreto, bien asegurados con rellenos de pedruscos que den seguridad al paso de los pesados trenes de carga y de pasajeros que día y noche pasar por los carriles de hierro con plena confianza.
En tiempos pasados los trabajadores del riel se identificaban por su peculiar modo de vestir, usaban fuerte calzado, overoles de maciza mezclilla y el rojo paliacate nunca faltaba en sus cuellos y la cachucha que es clásica en el remate del traje de los ferrocarrileros…
De todo cuanto ha sido inventado en el mundo, nada ha repercutido tanto en el desarrollo de la humanidad, como los ferrocarriles que actualmente los tienen todos los países del mundo. Sin este medio de comunicación la civilización retrocedería varios siglos, así lo han dicho varios sociólogos en diferentes ocasiones pese a los miles de autobuses y pesados trailers el tren sigue siendo pieza clave en el desarrollo del comercio y la industria de los países más progresistas y uno de los medios de viajar más seguros y económicos .
A nuestra ciudad llegó el primer tren de pasajeros el 15 de diciembre de 1882, con su llegada comunicó a Lagos con la ciudad de México hacia el sur y con Ciudad Juárez para el norte y con el paso del ferrocarril central por nuestro pueblo quedó asegurado el desenvolvimiento económico y cultural de la ya próspera ciudad alteña.
Cuenta un cronista de esa época que la llegada del primer tren fue celebrada con una solemnidad nunca antes vista por la noche de ese memorable 15 de diciembre en el local conocido como La Lonja hubo un baile de gala con lo mejor de la sociedad alteña pues muchos habitantes de San Juan de los Lagos, Jalostotitlán y muchos pueblos cercanos ocurrieron a nuestra ciudad para ser testigos de tan fausto acontecimiento. El poeta don Celestino González cantó en sus mejores estrofas tal suceso. El pueblo no iba a quedarse en zaga y en el jardín del Molino(ahora Jardín Grande) hubo una hermosa kermese en donde brilló toda la belleza de la mujer alteña que ha sido honra y adorno del pueblo que también es una sociedad.
Fue en el año de 1837 cuando el general Bustamante concedió a don Francisco Arrillaga la concesión para que construyera el primer tramo de vía férrea lo que por dificultades técnicas no se llevó a cabo, siendo hasta 1842 cuando don Antonio L. de Santana dio un decreto para que se construyera la vía de Veracruz a Río San Juan donde entroncaría el camino carretero de Perote.
Así fue el humilde nacimiento del Ferrocarril en nuestra patria en el presente sus líneas cruzan de norte a sur y del este al oeste comunicando todos los rincones del país con las principales urbes.
Y son miles de trabajadores que prestan sus servicios para que tan útiles medios de transportes sean eficientes. A ellos en su día los saludamos…
CRÓNICAS DE AYER Y HOY: EL DÍA DEL FERROCARRILERO
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