(NP).- María del Carmen Esparza Aguiñaga, de 76 años de edad, vecina de Lagos de Moreno, es una mujer muy trabajadora que desde antes de las 6 de la mañana inicia sus actividades barriendo las calles no solo donde vive, sino también cuadras abajo e incluso en Lomas del Valle, lamentablemente en el mes de abril fue la última vez que pudo retirar dinero del apoyo de la Secretaría de Bienestar para adultos mayores debido a que residía en la ciudad de Guadalajara, donde estaba dada de alta.
Posterior a eso tuvo que ir en dos ocasiones a la capital del Estado con la finalidad de darse de baja, sin embargo, a pesar de haber acudido hasta en 8 ocasiones a las oficinas de la Secretaría del Bienestar de nuestro Municipio y haber entregado sus documentos, a la fecha aún no recibe dinero alguno. Ella sobrevive gracias a su trabajo barriendo, recogiendo desperdicios para los cerdos, recogiendo basura y haciendo excelentes trabajos de jardinería, pudiendo pasar horas agachada limpiando el jardín, cortando la maleza, pero cabe señalar, que no se encuentra al 100% de su salud ya que obviamente se cansa y padece de presión arterial alta, además de problemas con su dentadura, debe considerarse también que es una persona que vive sola, por lo que el DIF podría estar al pendiente de este tipo de personas que no solo pide el dinero que le corresponde sino también trabaja para ganárselo y muy fuerte.
A su edad muchos de los abuelitos permanecen sentados en su sala, en los jardines de la ciudad, disfrutando de su vejez, lo que está muy distante para Carmen porque sin el apoyo necesario debe trabajar más para obtener el dinero que requiere para sobrevivir ella y sus pajaritos a quienes tanto ama.
Es inverosímil, que después de tantos meses, siendo una persona mayor de edad, poco letrada, que requiere de asesoría y atención por parte de los servidores públicos, éstos no puedan ayudarle a solucionar su problema porque debió reportar su cambio de domicilio cuando se vino a vivir de nuevo a Lagos de Moreno, pero es comprensible, muchos de nuestros adultos mayores apenas saben leer y desconocen los lineamientos para los programas nuevos, más bien deben ser quienes les atienden los que apoyen para que obtengan el dinero que tanto necesitan.