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jueves, mayo 16, 2024
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LAS BRIGADAS DE SANTA JUANA DE ARCO EN LA GUERRA CRISTERA

(NP).- Las brigadas femeninas de Santa Juana de Arco, fueron muy importantes dentro del conflicto armado denominado Guerra Cristera, organización que nació en Zapopan, Jalisco y después se extendió por todo el territorio nacional.
Dice la historia que en el desarrollo de la lucha cristera un factor de gran ayuda fue la formación de las brigadas Femeninas Santa Juana de Arco.
La primera brigada se formó el 21 de junio de 1927 en Zapopan, Jal, la encabezó la Sra. Uribe que firmaba con el seudónimo de Sra. G.Richaud. Al principio compuesto por 17 mujeres pero pocos días después contaba con más de 135 miembros.
Su labor consistía en conseguir dinero, comida, parque, información, refugio, cura y protección a los combatientes. Su consigna era el voto de silencio, esto permitió un trabajo más efectivo.
Las mujeres inicialmente se reclutaron de los colegios católicos y con el tiempo se incorporaron mujeres campesinas y de todos los estratos sociales.
Otra jefa de grupo fue Catalina de la Peña. Para marzo de 1928 las brigadistas eran aproximadamente 10 000 militantes. Fingiendo días de campo o paseos salían con los pertrechos y discretamente los distribuían en lugares secretos previamente pactados.
Las Brigadas Femeninas de Santa Juana de Arco transportaban municiones en corsés o en carros cubiertos con maíz, jabón, huevo o cemento hasta las zonas de combate, donde posteriormente a lomo de mula los hacían llegar a los cristeros.
Las brigadas llegaron a contar con 56 agrupaciones que daban un total de 25 000 militantes. La efectividad de sus acciones y el voto de silencio, permitieron que el gobierno no tuviera conocimiento de sus maniobras sino hasta marzo de 1929, fecha en que se iniciaron las redadas para detenerlas en Guadalajara y la ciudad de México, pero no lograron debilitarlas y continuaron hasta terminar el movimiento.
Unión Católica de Empleados de Guadalajara
La organización militante de las mujeres, que se convertirá en militar desde los primeros levantamientos, data de 1925. Fue la obra de Luis Flores González y María Goyas, fundadores de la “Unión Católica de Empleados de Guadalajara”.
Al principio, se trataba sobre todo de asociar a jóvenes trabajadoras de las ciudades en la organización de campañas públicas y manifestaciones callejeras.
La orquestación del boicot económico preparó a las mejores de ellas para la clandestinidad. Al año siguiente, cuando la guerra explote en las zonas rurales, ya estarán listas a todo lo que se les pida.
Las Brigadas fueron creadas en Zapopan, en el estado de Jalisco el 21 de junio de 1927 (la Iglesia acababa de canonizar a Santa Juana de Arco). Ese día, 17 jovencitas fundaron la primera Brigada.
En unos pocos días, serían 135. Rápidamente el movimiento se esparcirá por todo el país, hasta alcanzar el número de 25.000 mujeres.
En México, feudo revolucionario, la organización comenzó a funcionar en febrero de 1928. Esta se mantendrá hasta el último momento de lucha sin fallar, hasta “los arreglos” de 1929, que obligaron a todos los combatientes a deponer las armas.
¿Quiénes son estas mujeres?
Las “Brigadas Bonitas”, o B. B. como las llamaban los jóvenes Cristeros se componían de chicas entre 15 y 25 años, la mayor parte de ellas célibes, aunque también algunas viudas. También había grupos de mujeres auxiliares de mayor edad o casadas con hijos. Eran reclutadas de todas las clases sociales, en general en los barrios populares y en las zonas rurales.

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